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sábado, 30 de julio de 2011

LA INVESTIGACIÓN TRANSDISCIPLINARIA EN LA POSTMODERNIDAD



(Análisis del ensayo titulado “Transdisciplinariedad: Un Enfoque para la Complejidad del Mundo Actual" de Miguel Martínez Miguélez)

Helen Patricia Puertas Mogollón

La muerte o la transición es, a mi parecer, una clara manifestación de la existencia de Dios. Lo mismo el nacimiento. ¿Cómo es posible que se forme, dentro del cuerpo de una persona, otro ser humano? ¿Cómo es que el cuerpo pierde peso cuando ocurre el deceso? Es el peso del alma, que se eleva y transita hacia otro plano, distinto y misterioso. Más allá de los límites del bien y del mal.
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En el mundo de la investigación, existen distintas formas de emprender un estudio. El crecimiento de la población, aunado al progreso tecnológico y científico cada vez más acelerado, ha creado la idea de que se hace necesario concentrarse en lo específico o especialísimo de cada área. Tan es así, que en muchas ramas profesionales se ha dado un fenómeno de hiperespecialización, que ha generado un gran número de “expertos” en determinada área, muy reducida, de su profesión. Entonces termina castrándose el conocimiento y se obstruye el aporte para la redimensión en la formación académica. Así, es común encontrar, por ejemplo, en el campo del Derecho, abogados especialistas no solo en una determinada rama de la abogacía, sino muy exclusivamente en un fase del proceso, práctica que se hace tan asidua que terminan olvidando la formación integral, no solo en cuanto al área específica en al cual se desenvuelven, sino en el amplio mundo jurídico, el cual exige un profesional integralmente formado en distintas áreas del saber. Se van olvidando de actualizarse en la promulgación de instrumentos jurídicos fundamentales, en la derogatoria y la entrada en vigencia de otros, en cuanto a doctrina y jurisprudencia, siendo estas últimas fundamentales para cubrir las llamadas lagunas de la ley.
Así al trasladarse al campo de la investigación, es importante explorar en torno a las distintas maneras de estudiar un tema, tomando en consideración los distintos niveles en el proceso de investigación, a saber: la investigación monodisciplinaria, la multidisciplinaria, la interdisciplinaria y la transdiciplinaria. En el contexto de las ideas que se desarrollan, habría que entender el alcance de cada una de ellas para adaptar el nivel que mejor se adapte a la investigación específica. Cada una de ellas tiene su caracterización y sus bondades, aplicables según el caso, a las exigencias de la materia objeto de análisis.
Según Martínez Miguelez (2003), en la investigación monodisciplinaria se hace énfasis en la profundidad  a expensas de la extensión, quedando en el ámbito de una sola disciplina. Mientras que el enfoque multidisciplinario, se conjugan varios especialistas de ramas divergentes para desarrollar un proyecto en común, desarrollando la investigación en forma independiente uno de otro, uniendo el resultado sin interferir en el trabajo individual de cada investigador.
Estas dos perspectivas de la investigación (monodisciplinaria y multidisciplinaria) se desenvuelven bajo la premisa de lo no complejo, dividiendo el conocimiento, privilegiando la especialización.
Por otra parte,  y transitando al “más allá” como el alma que traspasa las fronteras de lo físico hacia lo elevado, hacia el seno del Creador, se encuentran otros dos niveles en el proceso de investigación: la investigación interdisciplinaria y la transdisciplinaria, esta última enquistada en la cúspide de lo trascendente. La primera se inicia con la integración del equipo de investigadores de diferentes disciplinas, quienes desde el inicio y planificación hasta el desenvolvimiento y culminación permanecen integrados. Se identifican plenamente buscando un resultado con autoría compartida, aplicando en la evolución de la investigación metodologías similares y compartiendo puntos de vista para tratar de comprender entre si, las diferentes áreas del saber que se integran en el proceso.
Finalmente, consustanciada con los tiempos modernos –o postmodernos-, en una etapa en que se privilegia la integración, lo holístico, la globalización, en donde se refleja que la interrelación de distintos enfoques conduce a una comprensión más amplia y profunda de los fenómenos de la realidad, se plantea la investigación transdisciplinaria, la cual “va más allá” que las otras, en cuyo escenario, según Martínez Miguelez (2003), “los participantes transcienden las propias disciplinas … logrando crear un nuevo mapa cognitivo común sobre el problema en cuestión, es decir, llegan a compartir un marco epistémico amplio y una cierta meta-metodología que les sirven para integrar conceptualmente las diferentes orientaciones de sus análisis…”
Se puede interpretar que este tipo de investigación transdisciplinaria exige una mente abierta por parte de los investigadores; es necesario desprenderse de tabúes, desplazar el espíritu sectario, separatista o excluyente propio de los profesionales hiperespecializados, para comprender mejor el punto de vista del otro y establecer una empatía que propicie la construcción de una metodología particular y novedosa, adaptada al objeto de la investigación. Por ello se deduce que el método transdisciplinario se adapta de mejor manera a las exigencias de la posmodernidad.
Sin embargo, no se puede descartar la utilidad de emprender cierto tipo de estudios o investigaciones según el modelo monodisciplinario, multidisciplinario o interdisciplinario. Las exigencias serán determinadas según sea el caso, y al fin y al cabo, es la mente inquisitiva del sujeto investigador, la que determinará las herramientas que le son útiles para lograr sus objetivos.

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